Llevado por el deseo de ser follado poderosamente, Ruben Mastin aceptó la convocatoria de una bellísima dominadora en su oscura mazmorra. En esta larga película de más de 50 minutos, el sexy giy pondrá su cuerpo a disposición de su irresistible y cruel amo. Una máscara de gas para oler el más mínimo de sus olores, un bondage, electro, dildoing, potentes correcciones, un afeitado de cabeza, una succión despiadada, un sodo liberador: a medida que pasan los minutos, el sumiso se rinde más y más a su amo demasiado cachondo y pervertido que lo posee por completo, haciendo de su cuerpo un campo de juego. Más que nunca, el dolor se mezcla con el placer. Un puro BDSM porno gay entre dos hombres viriles y muy sexys.